14 de abril de 2014

La filosofia real de Txoky 2014

¿Quién soy?
¿Quienes saben ser?

Esa,amigos míos,es una pregunta fácil de formular pero compleja al contestar 
puesto que no tiene una respuesta definida.
Según Erasmo,soy un humanista;según Copérnico,soy un científico y Según 
Descartes,soy un ser pensante con Ideas de otras mentes,de otros mundos. 
Pues bien,considero ser aquel que sueña,vive,ríe y llora;el que ama con 
pasión,el que anhela un mundo mejor.
Soy un hombre que piensa y sufre,aquel que tachan de loco.Un hombre con 
gustos simples que no dejan de ser fascinantes,que disfruta de los pequeños
 placeres de la vida y belleza en todo su esplendor.
Hermano,hijo,amigo.Un alma libre y dispersa que vaga eternamente en busca
 de la felicidad.El que escribe su pensar,el que expresa su sentir.El que hace lo
 que ama y ama lo que hace.El que ha decidido dejar lo que alguna vez fue para 
convertirse en lo que ahora es,esperando lo que en el futuro será. 
No creo que existan palabras adecuadas para decir quién soy pues simplemente 
soy quien soy,Jose Ramon.Así decido ser,Sin prejuicios ni barreras,yo solo contra
el puto mundo.

Quedarse solo ;Eso es lo que hay ¡¡¡


Mi forma de pensar me aleja de las personas.Mis ideas y exposición de las 
mismas son como una puñalada para el “biempensante”.Que esto suceda pone en 
evidencia el estado en el que se encuentra la conciencia de la mayoría de 
personas de España y del “mundo moderno”.Yo no formo ni siquiera de una 
minoría,soy un ser aislado en medio de un maremágnum,en una sociedad sin 
unidad imbuida de una ética de/para esclavos.Mi desgracia es haber nacido en 
una época donde toda manifestación de fuerza es observada con miedo, con 
temor, con desconfianza, con desprecio… A veces me pregunto, ¿he podido 
elegir alguna vez entre estar solo o no? Supongo que elegí ser yo mismo, ser 
lo que soy, y eso sin duda significa quedarse solo. No me molesta, no. Eso 
hace posible que a mí se me acerquen las personas de la excepción.

La hipocresía abunda. Veo a multitud de personas actuando como les manda el 
sistema por miedo a perder su familia, su trabajo, su casa, sus coches… La 
revolución no la van a hacer esos burgueses de derechas o de izquierdas, ni 
la generación de nuestros padres o los trabajadores bien asalariados o los 
pensionistas: muchos de estos últimos ya lucharon por nuestro futuro, y ahora 
ven que dicho futuro, hecho presente, se lo llevan otros. 
La revolución la harán aquellos que nada tengan que perder, aquellos que 
encarnen una nueva vitalidad o aquellos dispuestos a perderlo todo por una 
elevada causa. 


El colonialismo, la esclavitud... seamos realistas, todo surge bajo el mismo 
ideal universal, es el universalismo como enfoque ideológico lo que ha hecho 
posible tal cosa. Porque desde una visión así lo particular y diferenciado 
pierde todo su valor. 
No hay nada más antidemocrático que la actitud de alguien que se enfada por 
lo que opina otro. 
Hay quienes ganan dinero dando pena. Las cosas se consiguen sin piedad. 
Hay una actitud muy antigua y poco sembrada: la clemencia, donde compasión
 adquiere sinonimía respecto a empatía, incluso la supera, deseándo con tal 
virtud ser justos: la ley y la justicia deberían estar sometidos a la ética, y ética es 
de lo que carecen la ley y la justicia actuales. 
Sentir pena por los demás tiene algo de perverso. Por un lado es como un 
gesto no confesable de superioridad hacia el otro, por eso de encontrar un 
consuelo y una forma de alegrarse de lo propio mediante la desgracia ajena; y 
por otro lado supone una forma para hacer a éste mismo sentirse culpable de 
su propio bienestar. A partir de esta raíz se conforman multitud de 
“mecanismos” emocionales, sociales, políticos, económicos, etc. 
Hay muchas formas de esclavitud, esta es la esclavitud del propio espíritu. 
Son innumerables las veces que me dicen que me creo más que los demás. Mi 
respuesta: “No, no es cierto, te miro a los ojos, si te mirara por encima de 
los hombros no vería a la persona que hay ante mí. Eres tú quien se siente 
pequeño, eres tú el que tiene el problema”. 
Darse cuenta de que llevas toda tu vida equivocándote. 
¡¡Cuando te den pena no la cojas!!


La libertad es siempre un para qué y un por qué, porque la libertad viene 
unida a un tipo de acción; y a multitud de tipos de acción, no a una sola 
cosa. 
La libertad es decirse: ¿cómo quiero perderla? Porque si ser libre es no 
recibir órdenes de nadie, serlo implicaría doblegar nuestra voluntad hasta el 
punto de ignorarla. A esos que ignoran su propia voluntad los llamamos 
coloquialmente “borregos”. Su libertad es como la de una hoja zarandeada por 
el viento. 
Últimamente discuto con todo el mundo. Hasta he perdido ciertas “amistades”. 
Supongo que soy complicado de lidiar… o de comprender. Hay de todo. Quien no 
quiera ser arrasado por mí que se aparte, o que ande conmigo y hablaremos 
como personas razonables y justas. 

Txoky "Estas Loco". Y entonces sonrío giro la cabeza y sigo mi camino ,,,


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